Día histórico para España y para mí.
Llego el día 29 y todo empezó torcido. Era el cumple de mi amorcito. Le tocaba trabajar y volaba a BCN, según las previsiones sobre las 3 de la tarde estaría en casa para a partir de las 7 empezara a venir la gente.
Pero hete aquí que el dichoso avión se rompe, aparece en casa y en lugar de salir a las 8 de la mañana, las previsiones de salida eran a partir de las 12 de la mañana con lo cual su llegada a casa seria sobre las 8.
Tarde de nervios, entre el fútbol y pensando como aparezcan aquí los invitados me muero, dadas mis habilidades lingüísticas en los diversos idiomas. Imaginad que empieza a llegar allí la gente y yo de anfitrión, cuan Gary Cooper en Solo ante el peligro.
¡Casi nadie habla ESPAÑOL! Mis limitaciones con el ingles son grandes y ya ni te digo con el alemán.
Me veía en una situación absolutamente surreal, allí la gente y yo con una sonrisa sin saber que decir.¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHHH!!!!
¡Pero quien me manda meterme a mí en estos berenjenales!
Pero como hay que tener recursos para todo, ya había quedado con el morenazo Marco, diciendoselo en mi ingles macarrónico, que si oía a alguien gritar por el patio era yo pidiendo ayuda.
Al final todo salió a pedir de boca.
No se presento nadie antes de lo previsto. Primero Marco y Steve, luego mi Johannes y después el resto.
Empieza el partido, y allí nadie daba un duro por nuestra selección, excepto yo.
Aquello parecía una sucursal de la ONU. Steve, un inglés que lleva 30 años en Berlín; Janja, una croata que lleva el mismo tiempo; Alex, un brasileño que vive en Paris; Ingrid, una alemana casada con un médico catalán; Gabi, otra alemana de madrastra mejicana y que habla nuestro idioma; unos cuantos alemanes de pura cepa y por supuesto, YO contra todos.
La emoción a flor de piel, al escuchar nuestro himno que aunque no tenga letra tan bien se canta en los estadios.
Un grito seco pero imposible de aguantar con el gol de Torres. Silencio por parte de los invitados, un beso de mi niño y aun queda una hora.
En el descanso a comer y después una segunda parte memorable.
Pasan los minutos y los nervios continúan, nunca hay que fiarse de los alemanes, hasta el 93 en que el arbitro italiano pita el final. Alegría desbordada por mi parte aunque siempre manteniendo las formas, silencio en la calle, felicitaciones deportivas y amistosas por parte de los invitados, eso sí en ingles. Ja, ja
Más emoción cuando se entregan las medallas y sobre todo cuando Casillas alza la copa de campeones.
Luego la TV alemana se centra en la cara de los perdedores más que en la fiesta española, pero yo completamente satisfecho.
Y la noche transcurrió animada y amistosa. Todo salió sobre el guión previsto, VICTORIA ESPAÑOLA Y ESTUPENDA FIESTA DE CUMPLEAÑOS, la primera fiesta de cumpleaños de mi niño juntos.
Que más se puede pedir, si además los billetes de avión bajaron muchísimo aunque eso sí a ultimisima hora porque la amenaza era de 200 eurazos por trayecto pero era el fin de semana de los españoles y todo tenia que salir estupendamente, hasta en el precio del vuelo.
44 años de espera son muchos pero mereció la pena vivirlos en Berlín en el día que mi amorcito cumplía años.
CELEBRACIÓN POR TODO LO ALTO, TANTO POR LOS HEROES FUTBOLISTICOS COMO POR MI HEROE BERLINES.
WE ARE THE CHAMPIONS, NO TIME FOR LOSER,
´CAUSE WE ARE THE CHAMPIONS...
UN BESO, JUAN
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