PENITENCIAS

Entre las múltiples acepciones que tiene la palabra PENITENCIA en el diccionario de la Real Academia de la lengua, la que mejor define en esta Semana Santa mi situación es acto de mortificación interior o exterior. Sí suena fuerte, pero es lo que hay.
Hoy empieza mi penitencia laboral. Toda la Semana trabajando sin descanso, purgando mis pecados, mi ausencia de días libres, vagando por los pasillos hospitalarios cumpliendo con mi deber.
Otras tendrán más suerte y elegirán otras acepciones de la palabra, por ejemplo, serie de ejercicios penosos con que alguien procura la mortificación de sus pasiones y sentidos. Os veo yendo por los cartabones, jarapas, buddas... con esas alegrías visuales que son los hombres que lo pueblan, imaginando como seguiréis solteras dado el ganado que allí mora. O quizás por Linares o CT, que no creo que varíe mucho la plantación de nabos.
Una peregrinación de bar en bar agotadas por la risa, el alcohol, llegando a casa muertas del dolor de pies, en un estado etílico impresentable a los ojos de nuestros progenitores, vergüenzas con las que purgar nuestros pecados.
O quizás viajando por París, volviendo con los pies agotados de las caminatas y extasiadas ante las maravillas que adornan dicha ciudad.
O quien sabe si buscando playas con las que sufrir al sol o quizás al viento huracanado que se prevé.

En definitiva a cada uno le toca su penitencia, que para eso estamos en la semana más apropiada.

JUAN