El surrealismo puede aparecer en cualquier momento de nuestras vidas empezando por cualquier tipo de actividad artística hasta en un día de fiesta y eso es precisamente fue lo que pasó el día previo a mi cumpleaños.
Estaba tranquilo en casa, cuando en la hora de la siesta suena el móvil y era para ir a tomar algo, así que allí me presento.
Estaban terminando de tomar cervezas miembros del litoral así que una vez terminada la peregrinación por diversos bares se propone ir a tomar una copita aunque alguna propuso ir a dar un paseo por la Alcazaba, propuesta sin éxito
ninguno, por lo que antes de que dieran las 5 de la tarde estábamos en el Amargo.
Allí nos presentábamos un grupo bastante heterogéneo, desde las niñas (se echó en falta a Nuria que por obligaciones familiares no pudo asistir), la Su con su austriaco, la Patri y su angelito, los Sebas brother y más tarde se uniría el tito Jose con la encantadora Rosa.
Mientras tomábamos unos refrigerios, algun@s miembros iban a por unos donuts y a Adolfo Domínguez bastante acaloradas y por cierto con alguna que otra aventura en probadores, con algún tuno, o camareros con camiseta interior, que contada al día siguiente era graciosísima. Allí tomamos alguna que otra Coca Cola aderezada con algún que otra sustancia que nos hizo ponernos contentos y que dio lugar a múltiples conversaciones bastante surreales, de repente te veías hablando con uno, al momento con otro y con temas variados e inconexos, además de echarnos unos dancings.
Por supuesto, estaba mi cámara de fotos, en la que aparecemos en un estado bastante gracioso por no decir lamentable.
El surrealismo llegó hasta hacernos fotos con los camareros, a una de las cuales le enviado su foto como le prometí e incluso a hacernos una foto de grupo y algun@ de nosotros decirle a un espontaneo quítate que eres feo. JA,JA,JA
Luego a cenar con bastante desconcierto, primero a la Charka pero al sentarnos allí con una cervecita en la mesa de repente desaparece la gente y dicen que el tito Jose esta en el gallego, así que la acabamos y para allá.
Allá que fuimos y cenamos un poco, así como me entregaron los regalos y aprovecho para dar mi más sincero agradecimiento a todos. Por cierto en el restaurante apareció Celia, la joven prima de las Melrose, que es guapísima y simpática, a la que presento mis disculpas porque quedé en mandarle las fotos por mail pero claro no estaba yo para apuntar direcciones de correo.
He de pedir disculpas al tito Jose por la imagen que dimos porque no es real. JA, JA, JA
De ahí a por la última a Jarapa.
Para seguir con el surrealismo aparece Carlos, el ex novio de la mala. Sí, sí, esa que quería un ministro como marido y se ha quedado con un chico de posición social normal. Esa que su lema en esta vida es primero yo y después yo independientemente de a quien pise y ahí pude escuchar la otra versión del episodio más triste del litoral, el de Carmina en la boda, después de mucho tiempo de oir mentiras.
A todo esto, el surrealismo se completó con confesiones vienesas a las que mis oídos no daban crédito.
Así se hicieron las 4 de la mañana cuando tocaron a retirada.
El día siguiente la celebración fue más reposada con NURIA y recordando los momentos del día anterior con la aparición de nuestra queridísima Ochi.
A todo esto no se me puede olvidar a mi niño, que me llamó desde su primera experiencia futbolística en un estadio y por supuesto a las 12 en punto de la noche desde su Berlín.
En definitiva cumpleaños con risas, bailes, surrealismo, alcohol y algún que otro ojo como una brótola.
UN BESO, JUAN
P.D. Si hay un alma caritativa que me envie el correo de Celia o el tito Jose para enviarles las fotos.
Por fin llegó el día esperado. A pocas horas del 29 de Noviembre estoy preparado para salir camino de Río de Janeiro.
